Ladybug, Milagrosa o Prodigiosa son los múltiples nombres por los que podemos buscar las aventuras de Marinette y Adrien, los protagonistas no enmascarados de esta fabulosa serie de animación creada principalmente para los más pequeños de la casa que consta de 26 episodios en su primera temporada. Si hacemos una reseña de este estilo (que no es lo habitual) es porque hay algo que nos llama poderosamente la atención pero vamos por partes. Normalmente por un motivo u otro, los adultos acabamos por visitar en alguna ocasión una tienda de juguetes ya sea con la intención de hacer un regalo o por acompañar a alguien para estos menesteres. Total, que en una vuelta por uno de estos comercios descubrimos un paquete de dos personajes algo extraños para considerarlos infantiles. Se trataba de LadyBug y Cat Noir, unas figuras de llamativos colores embutidas en atuendos apretados y ceñidos que eran más propios de una película de madrugada pasada de vueltas. Y así es como después de preguntar a la cajera que clase de muñecos vendían en ese establecimiento, nos aclararon que se trataba de un serial de televisión que estaba causando furor. De esta forma, acabamos por descubrir Prodigiosa y hablando de ella aquí en la web.
Y es que Ladybug es realmente una serie de animación muy bien realizada que no tiene nada que envidiar (por ejemplo) a un largometraje lanzado para salas de cine de Disney/Pixar. La trama nos narra la vida de la joven Marinette, una chica que quiere triunfar en el mundo de la moda y las costuras que realzan la anatomía humana en sus formas más complejas. En la misma escuela donde estudia, se encuentra el chaval pijo y rubio que trae a todas las golfas de cabeza. Se trata de Adrien, un chico marcado por la indiferencia de su padre que a su vez es modelo de pasarela y que cuando se le cruza, se embute en un traje de cuero negro (parecido al que se usa en una sesión de sado) y combate contra el mal, muchas veces al lado de LadyBug que en realidad es Marinette. Como vemos, la historia es absolutamente compleja. Si a ello añadimos al malvado de la función que posee unas mariposas llamadas akumas (algo más propio del manga o el anime) que se introducen en el cuerpo de otras personas liberando sus instintos más ocultos, pues tenemos una serie para niños (entre comillas) que roza la inocencia más pura con otros elementos realmente inquietantes o más propios de una serie juvenil tirando a adulta.
Supuestamente y tras leer estas líneas, muchos se van a preguntar si deben o no dejar visionar a sus hijos, sobrinos o lo que sea estas milagrosas aventuras de la mariquita apretada en vivos colores rojos y el gato embutido en cuero negro y la respuesta sería un sí rotundo ya que la serie enseña en líneas generales, los retales del mundo al que en un futuro van a tener que integrarse los más jóvenes de la casa. Las problemáticas sociales, las envidias varias y las flaquezas que pueden ir apareciendo en su paso a una edad más adulta y complicada donde probablemente se van a encontrar también con algún que otro personaje perturbado (como el malvado de la función) a la vez que tendrán que vivir situaciones varias donde no podrán mostrarse tal como son (por mucho que digan por ahí que si, que eso es lo mejor) y luego está el tema de la ropa y las apariencias, que nunca se sabe si tendrás que vestir como un Boy de discoteca o una profesional de la barra americana, de ejecutiva agresiva o de camarero de piso. Sea como sea, siempre les quedará Paris. Y quién sabe si se pueden encontrar a LadyBug y Chat Noir en sus aventuras personales fuera de la ficción.