Director: Chad Archibald – Género/Subgénero: Asesinos acuáticos
Intérpretes: Michelle Mylett, Caroline Palmer y Ry Barrett entre otros.
Nivel de Caspa: Picores y enrojecimiento
Argumento: Una chica consigue escapar de un asesino que mantiene a sus víctimas encerradas o sumergidas en unos tanques de agua. Esta acaba con la vida del psicópata, sumergiéndolo en una bañera y dándole de su propia medicina. Lo que no sospecha, es que su espíritu volverá a atacar a través del agua.
Partiendo de un argumento algo similar a “La Celda” de Tarsem Singh, por lo menos en lo que respecta a la forma inicial de proceder del asesino, se nos presenta una película de un espíritu cabreado y criminal, que se puede manifestar a través del agua. Los fantasmas se han manifestado a lo largo de la historia del cine de terror, de múltiples formas. Por la red, a través de espejos, poseyendo al personal e incluso algunos , saliendo de la misma tumba en plan muerto andante. Así pues, esto de aparecer cuando hay agua cerca, no sería un inconveniente. Por ejemplo, Freddy también tuvo una escena en una bañera y muy recordada.
El problema radica en la forma de proceder de todo este tinglado, ya que nos encontramos con una especie de “Tiburón Fantasma” pero en asesino serial. Por ejemplo, la chica protagonista tiene miedo hasta de beberse un vaso de agua. Totalmente ridículo. Total, una hora y media de fobias absurdas, protagonizadas por una chica jadeante y un espectro asesino de color verde, que parece que se hubiera muerto en un pantano. Y en vida lo hizo en una bañera, por lo que esa tonalidad, pues no se sabe muy bien a que viene. Total, una producción totalmente prescindible y una más de género de terror, que pasa sin pena, ni gloria.