El salón del Manga de Barcelona abrió sus puertas una vez más en su edición número 23 que se celebró del día 1 de noviembre (en plena fiesta de difuntos) hasta el 5 de ese mismo mes. Después de la noche de Halloween, los fanáticos de la cultura japonesa en su mayoría de vertientes, acudieron a uno de sus eventos favoritos pero no como almas en pena, más bien como almas llegando a las puertas del cielo. Y es que en este evento, el otaku de turno, puede encontrar todo lo que desea y más, gracias a los stands de merchandising y a los corners de publicaciones o editoriales curiosas que aprovechan para acercar sus productos al salón que este año goza de un día más de vida, cinco para ser exactos.
En esta ocasión, se ha estado rememorando los 25 años de la llegada de la publicación de Dragon Ball a tierras españolas y celebrando por todo lo alto, los cien años de anime que no son moco de pavo entre otros leitmotivs como la robótica, aprovechando también el mítico personaje de Mazinger Z que encabeza una de las exposiciones de turno. No faltaron las movidas gamers de la mano de Nintendo que hicieron hincapié en las consolas portátiles de la casa, la Switch y la vieja amiga 3DS. Los asistentes pudieron hacer partidas en vivo y en directo, acercarse a conocer los orígenes y la evolución de personajes o armas de la historia del Zelda y probar juegos varios que han salido recientemente para los dispositivos mencionados anteriormente.
Tampoco olvidar que el Salón otorgó premios varios a los mangas más galardonados y esperados por el público de editoriales tan prestigiosas como Planeta Cómic o Ivrea que tenían sus correspondientes paradas en el corazón de la Fira de Barcelona o en el caso del Anime cuyas novedades venían de la mano de distribuidoras como Selecta Visión, de sobras conocida en nuestro país. No olvidemos tampoco los curros que se han pegado tiendas especializadas que han acercado sus productos al mangaka ávido de nuevos títulos o la buena energía de editoriales y/o distribuidoras más pequeñas o modestas pero igual de profesionales como MilkyWay, ECC Ediciones o Fandogamia que presentaron sus novedades en la sala de actos del palacio 2.1.
El salón del Manga de Barcelona abrió sus puertas una vez más para su edición número 23. La magia se hizo. Cinco días para que los fans del manga y el anime tuvieran su reunión anual en un complejo más grande que en otras ediciones anteriores y más rico en proposiciones. Cinco días repletos de música, color, autores, editoriales, distribuidoras, merchandising, cosplays, comida, bebida y cultura asiática a tutiplén. Tomos, cómics de otros tipos, libros, series, películas, exposiciones varias, muestras culinarias, talleres maravillosos y hasta bonsais desfilaron por tal magno evento. Ahora queda esperar un año más para volver a disfrutarlo y por supuesto, tiempo suficiente para que los asistentes puedan ir gozando de las compras que hicieran durante esos días y es que no existían pocas tentaciones en el interior del recinto precisamente. Hasta el año que viene y por supuesto, iremos reseñando todas las joyitas que por allí descubrimos en los días venideros. ¡Saludos y a por cien años más de Anime!