Título Original: Fifty Shades Freed – Género/Subgénero: Pastiche Indigesto – Director: James Foley – Reparto: Jamie Dornan, Dakota Johnson y Eric Johnson entre otros
Argumento: Anastasia ha pegado el braguetazo del siglo y ahora es ya oficialmente la señora de Grey. En esta ocasión, su amor podría verse truncado por un antiguo enemigo del pasado.
James Foley retoma la saga de Cincuenta Sombras y finaliza la trilogía marcada para calentar/enamorar a las petardas de turno. La verdad es que esta tercera entrega es un tostón de los gordos. La dirección es plana como ella sola, la banda sonora más estándar y cutre imposible (nos referimos al score, aunque la selección de temas musicales con versiones de buenas canciones de hace años es también un poco infumable) y bueno, las actuaciones rechinan en general (en especial la de Jamie Dornan) y el guión más sonrojante no puede ser pero no por lo sexual, más bien de lo malo que resulta ser finalmente. Básicamente la película se reduce a cuatro escenas de sexo bastante tontas y a ridiculizar totalmente a los personajes, si es que ya no podían ser más infantiles y pobres. La parte de thriller es una tomadura de pelo que no genera ni tensión, ni nada. En fin, un truño reservado a los fans de turno ya que el resto de espectadores quedamos liberados de este esperpento anticlímax.