Chambers nos cuenta la historia de una adolescente a la que se le detiene el corazón, justo antes de tener la primera experiencia sexual con su novio. A partir de aquí y gracias a un rápido trasplante, esta logra continuar con su vida. Las cosas se complican cuando la familia de la donante, se empeñan en conocerla. Es entonces cuando nuestra protagonista comenzará a sufrir visiones cada vez más fuertes de la propietaria de su nuevo y latente órgano. ¿Quiere decirle algo o se trata de un caso de posesión? Pues para saberlo, nada mejor que lanzarse al ruedo con los diez capítulos que componen la primera temporada de esta serie de Netflix. Lejos de ser terrorífica, os avisamos que más bien se trata de un drama con tintes de horror psicológico que finalmente desemboca en algo que lejos de sorprender puede resultar previsible (o no) según se mire. Fuera de la premisa argumental que puede atraer más o menos, hay que hacer mención a la buena factura técnica de la serie. En el timón de algunos capítulos, encontramos a realizadores interesantes como Alfonso Gomez Rejon (American Horror Story) o Ti West (The House of the Devil, The Innkeepers) que añaden un notable atisbo de calidad en lo que a dirección se refiere. No olvidemos tampoco el buen reparto que nos trae a gente de la talla de Uma Thurman, Lili Taylor o Tony Goldwyn acompañados de buenos registros jóvenes como demuestran ser Sivan Alyra Rose o Nicholas Galitzine. Así pues, no está de más echarle un ojo a esta nueva apuesta por el miedo de la popular plataforma. Ahí lo dejamos.