Director: Chris Alexander – Género/Subgénero: Brujas/Posesiones – Reparto: Augie Duke, Ali Chappell, Alexis Korotash y Lynn Lowry entre otros

Argumento: Eva es una bruja satánica que pretende volver tras un periodo de letargo. Para ello, comienza a dominar el cuerpo de una joven escritora que se encuentra en un proceso de retiro creativo y en busca de inspiración.

Película de brujería y posesiones que nada tiene que ver con la divertida Necropolis de 1986. Es decir, que los fanáticos de aquel título que busquen una especie de secuela, pueden irse olvidando de eso. El director Chris Alexander, nos muestra aquí una trama pretendidamente más seria. Es interesante en algunos puntos pero hay elementos que sinceramente debieron de quedarse fuera. Por ejemplo, los momentos de gore fáciles con esos corazones arrancados no pegan mucho a la hora de iniciar la película y dado lo que acontece después. También esos pechos con esas lenguas postizas de goma fuera, no hacen hoy el mismo efecto que en los ochenta y sinceramente, lucen un poco mal. Pero no todo es terrible o nefasto. Por la parte positiva, tenemos a una actriz principal (Augie Duke) que se centra en su papel para hacerlo lo más creíble posible y con un pulso más firme por parte del director, tendríamos algún que otro momento para rememorar. La sexy Ali Chappell toma aquí el relevo de LeeAnne Baker (la actriz de la Necropolis original) aunque su bruja es menos motera, más rollo bondage de sex-shop y eso gustará a más de uno. Y no olvidemos que en el reparto encontramos a una de esas actrices clásicas como es la mítica Lynn Lowry (la inolvidable enfermera Forsythe de Shivers de David Cronenberg) que alertará a la protagonista del peligro que corre. Filme de corta duración (poco más de una hora) que pretende ser indie en algunos pasajes y pura Serie B en otros, sin decantarse por una u otra cosa. Para curiosos de este tipo de cintas y nostálgicos de la productoras de turno como la Full Moon de ahora o la olvidada Empire.