Director: Ted Geoghegan – Género/Subgénero: Sobrenatural
Intérpretes: Barbara Crampton, Andrew Sensenig, Lisa Marie y Monte Markham entre otros.
Nivel de Caspa: Caspa Seca
Argumento: Un matrimonio maduro, se instala en una casa con un extraño pasado. Estos han sufrido la pérdida de un hijo y están gravemente afectados, sobretodo la esposa. Muy pronto en su nueva morada, comienzan a suceder cosas de lo más extrañas. Y es que este sitio, necesita una familia. Aunque nadie sabe muy bien para qué.
Probablemente, una de las mejores y más sobrias producciones de terror sobrenatural en lo que va de año. La trama es la típica pero su desarrollo y los espectros de la cinta, hacen que el espectador quede prendado con ella. Sin demasiados artificios, buen gore y unas actuaciones bastante sólidas, “We Are Still Here” se aleja de las típicas historias de jovencitos acosados por entidades o asesinos y además, cosa que se agradece y mucho, los intérpretes son maduros. Barbara Crampton está sufrida y maravillosa durante todo el metraje, Lisa Marie encandila con su rol de mujer fuerte y destila una sensualidad acorde a su edad y Monte Markham, nos interpreta a un personaje con muy mala leche pero que sabe guardar muy bien las apariencias con la gente nueva en el pueblo.
La estética de la película es totalmente deliciosa. Muy acorde al buen cine de los setenta y ochenta. Una fotografía cuidada, un guión bastante sólido que apenas hace aguas y un buen desarrollo en general de situaciones y personajes. Todo bien resuelto y con un final un tanto fuera de lo normal, que deja totalmente satisfecho. Sin duda, toda una sorpresa muy recomendable, que ningún fan del horror auténtico debería dejar pasar. Es curioso como se ensalzan ciertos productos que parecen un videoclip por parte de la crítica/público y como filmes, realmente intensos como este, quedan siempre relegados a un segundo plano. Supongo que la respuesta a esto, es que algunos caen fácilmente en la trampa de sucumbir a la producción del momento, envuelta en papeles de caramelo de colorines aunque dentro haya un petardazo. Sea como sea, este si es un título a reivindicar y a ensalzar. Una pequeña joya para descubrir con la que debuta su director, Ted Geoghegan. Desde aquí, nos quedamos con su nombre desde ya.