Título Original: Insidious, The Last Key – Género/Subgénero: Restos Wanerrienses – Director: Adam Robitel – Reparto: Lin Shaye, Leigh Whannell, Angus Sampson y Kirk Acevedo entre otros
Argumento: Elise tiene un nuevo y peculiar caso. Tiene que volver al hogar de su infancia para resolver una antigua cuenta pendiente con una peligrosa entidad sobrenatural a la vez que tendrá que hacer frente a sus propios demonios. Como siempre, la acompañarán sus dos fieles socios. La investigación de este nuevo caso, da comienzo.
Cuarta entrega de Insidious y probablemente la más floja de todas. Por lo menos, en lo que a terror se refiere. Estamos más bien ante un drama en el que descubrimos el pasado de Elise Rainier. Una historia trágica que habla sobre la superación y las ganas de redención. En este aspecto, no está nada mal. Sin embargo el horror, los sustos y la montaña rusa de emociones que fueron las anteriores entregas; todos esos elementos quedan relegados a un segundo y triste plano. Así pues nos queda una película que cumple con corrección, con un guión que no da muchos tumbos y que se limita a dar lo justo, enriqueciendo (eso si) a los personajes de siempre en cuanto a trasfondo. Todo correcto a todos los niveles. Bastante correcto. Pero amigos, en esta entrega se han olvidado completamente de la diversión. Para ver como un complemento de la vida de Elise y poco más. De resto, bastante olvidable. La próxima llave que abra la cerradura de esta saga, tendrá que abrir sus puertas de par en par para convencer de nuevo al espectador tras este filme.