Damos un repaso a la segunda temporada de Por Trece Razones y la verdad es que nos ha gustado mucho más que su antecesora. Aquí ya se centran más en la historia de marras, se arrastra a los protagonistas a un juicio para esclarecer la verdad sobre lo sucedido a Hannah Baker y aunque los adultos siguen estando en un plano secundario en todo esto, aquí nos brindan momentos excelentes como la madre de la afectada en cada interrogatorio del caso o el desafiante diálogo que mantiene la madre de Bryce Walker con su hijo sobre temas sexuales. Trece capítulos que al igual que las trece razones de la difunta, nos ayudan a entender al 100% al personaje de Hannah, ya sea para ponernos del todo de su lado o por lo menos, a la hora de conseguir sentir cierta empatía hacia ella. Alguna escena potente como el ataque del baño (bullying 100% violento) y los obligados flashbacks al pasado, dibujan en forma de polaroids (que aquí sustituyen a las famosas cintas) esta entrega de visión obligada para poder tirarnos de cabeza a la tercera temporada que ya está disponible en Netflix y que se va a apartar de la señorita Baker para abrirnos un nuevo caso que dará paso a nuevas intrigas.