Director: Chris Alexander – Género/Subgénero: Presencias erótico-siniestras – Reparto principal: Ali Chappell y Brandy Dawley

Argumento: Una mujer encuentra un viejo teléfono cerca de la playa donde se encuentra un barco encallado y abandonado hace tiempo. Restaura el objeto en casa y lo conserva como valiosa antigüedad. Una noche comienza a tener un sueño recurrente donde una presencia la acecha y el sonido de un timbre resuena sin cesar en su cabeza. ¿Pero será todo únicamente onírico?

Interesante historia de terror que da un toque de originalidad al tema de los súcubos y los íncubos, también conocidos como los demonios del amor. Una trama pausada donde el montaje y la fotografía goza de retoques vintage y en donde se dan situaciones que bordean el surrealismo hasta cierto punto. Todo viene salpicado de una banda sonora intensa que recuerda a aquellas composiciones que se te clavan en la cabeza y que emulan a esas partituras del tipo John Carpenter, provocando una experiencia aún más inmersiva para el espectador. Una trama sobrenatural, hipnótica y erótica que recupera esa esencia taumatúrgica de la que gozaban por ejemplo, algunas películas de los años setenta donde la sensualidad y los espectros malignos tormentosos eran clarísimos protagonistas. Una pequeña maravilla para los sentidos que no será apta para cualquiera.