Título Original: Love, Simon – Director: Greg Berlanti – Género/Subgénero: Me quiere, no me quiere – Reparto: Nick Robinson, Jorge Lendeborg Jr, Logan Miller, Katherine Langford y Keiynan Lonsdale entre otros

Argumento: Un adolescente que lleva su homosexualidad en secreto, comienza a chatear con un misterioso desconocido con su misma condición sexual y que también parece buscar la máxima discreción respecto al tema. ¿Conseguirán traspasar pantalla y teclado para verse realmente al final?

Con Amor, Simon, se ha presentado como una de las grandes películas del año, incluso la han proclamado como un clásico instantáneo. Y sinceramente, ni tanto, ni tan calvo. Se trata de un título completamente normal que simplemente ha tenido hueco y cabida en cines, alcanzando un público más amplio de lo habitual en cuanto a pelis LGBT. Y vamos a ser sinceros, por una parte tenemos entre manos un filme simpático que se apoya en el buen hacer de su protagonista principal Nick Robinson que sabe darle un toque muy acertado al personaje de Simon. Pero por lo demás, no es ni de lejos una historia valiente. Es la típica comedia romántica juvenil donde se cambia el chico busca chica por el chico busca chico. Love, Simon peca de simplona en muchos momentos y es incluso algo insulsa aunque es normal que al público adolescente le haya gustado. Tal vez precisamente por eso mismo, esa simplicidad.

Su director Greg Berlanti, ya realizó algo similar en el año 2000 con El Club de los Corazones Rotos. Aquella cinta si fue un relato valiente y conmovedor que retrataba varias generaciones de hombres homosexuales. Desde el chico que despertaba sexualmente, pasando por otras relaciones en edad adulta e incluso mostraba los problemas de edades más vetustas. Nada que ver con esta inofensiva Con Amor, Simon que no profundiza en nada de nada. Pero bueno, se deja ver y cuenta con un reparto de lo más agradable, eso si que no lo vamos a negar. Recomendada a jóvenes en la edad del pavo y a adultos cerrados de miras que pueden ver el tema (si les toca de cerca) con algo más de naturalidad. Pero ensalzar a esta producción con todas las excelencias que se han dicho de ella, es pecar de excesivos.