Director: Manuel Summers – Género/Subgénero: Acusaciones Musicales – Reparto: David Summers, Daniel Mezquita, Rafael Gutiérrez, Javier Molina y Paloma San Millán entre otros
Argumento: El cantante del grupo musical en alza bautizado como Hombres G, va a sufrir una acusación de pederastia cuando decide proteger más de la cuenta a una fanática que al parecer, está especializada en la extorsión junto a un grupo de estafadores. Los componentes de la banda tendrán que demostrar la inocencia de su líder, haciendo ellos mismos la investigación que la policía se niega a hacer. Todos correrán riesgos en esta particular aventura de este cuarteto.
Normalmente cuando se realiza una película musical con un grupo o cantante de moda, todo tiende a ser un producto para ensalzar a los artistas en cuestión y no para rebozar al personal en la mierda. Manuel Summers, el director de la película, decidió a finales de los ochenta perpetrar algo inimaginable. Meter a la banda del momento (los Hombres G) en un oscuro caso de pederastia, donde el cantante principal es acusado por una menor de violación. Juicios, cárceles y muy mal rollo en un filme que pone los pelos de punta y donde los miembros de la banda, tienen que destapar todo un entramado criminal ante la pasividad de la policía. Como decimos, todo bastante descabellado pero real a la vez. El problema es que el suspense de todo esto, se ve estropeado por un final lleno de acción que parece pitorrearse de todo lo anterior. Vemos parteras, cadáveres en la carretera en forma de lienzo, agresiones sin ton ni son, persecuciones tontas y un desenlace pasado por agua. La verdad es que de igual forma, es una curiosidad para ver o revisionar a día de hoy, ya que la historia no es (ni era) una promoción beneficiosa para una formación musical en alza.