Miniserie tailandesa que consta de ocho episodios y que nos cuenta la historia de un grupo de atletas adolescentes que se van a entrenar durante dos semanas a un complejo deportivo en las afueras de la ciudad. En los alrededores, hay un lugar maldito que fue sellado por un chamán hace tiempo. Tres jóvenes deciden romper ese precinto sagrado y hacer una sesión de ouija en ese mismo sitio. Una fuerza maligna se desata y al parecer, alguien del profesorado que los acompaña sabe más sobre lo que ha pasado de lo que divulga. Una curiosidad bastante entretenida que si se le perdonan ciertos defectos (el ritual de la ouija es de lo peor que se ha visto en la pequeña pantalla) puede llegar a salvar una tarde o noche aburrida. El terror prácticamente queda relegado a tres capítulos, ya que el resto de trama se debate entre amoríos adolescentes y humor juvenil pedorro. Evidentemente, no hace falta indicar que el público ideal para Ghost Runner son los quinceañeros pero de vez en cuando, tampoco va mal ver un misterio descafeinado con la familia alrededor. El serial está dirigido principalmente por Anupab Anuwongsung y se encuentra protagonizado por Jinna Taweemaeng, Thanwe Pongpossawat y Lapakorn Siraphuwapong entre otros.