Directora: Amy Jones – Género/Subgénero: Slasher/Fiestas con masacre
Intérpretes: Michele Michaels, Robin Stille, Michael Villela, Debra Deliso, Andree Honore, Gina Mari, Jennifer Meyers, Joe Johnson, David Millbern, Brinke Stevens y Ryan Kennedy entre otros

Argumento: Un grupo de chicas jóvenes y bellas, deciden montar una fiesta de pijamas una noche aburrida. Lo que no saben, es que un loco asesino se ha dado a la fuga y ha comenzado una nueva carnicería por el vecindario sin levantar sospechas. El arma utilizada es un taladro con el que llegará hasta las entrañas de sus víctimas.

El slasher es un subgénero que se ha perpetuado y evolucionado dentro del género de terror. Muchos directores novatos o con poca experiencia, recurrían a él ya que era una apuesta segura a la hora de vender. Y el éxito de ello, radica en su simpleza. La fórmula clásica y generalmente utilizada es la de chicas solas en casa o montando una fiesta, algunos desnudos generosos o pezones asomando por alguna parte y como no, un asesino con sed de sangre partiendo en cachitos tamaño aperitivo a las víctimas escogidas para su masacre particular. Recordemos también que durante la década de los ochenta, el slasher se instauró de forma sólida en los cines y era algo bastante demandado, especialmente por la juventud del momento. Aunque mientras más corrían los años, más se desgastaba este subgénero de marras. Así que vamos a detenernos justo en una época dorada como el inicio de la década de los ochenta donde siempre suelen encontrarse buenas películas y rarezas atractivas.

Sin más preámbulos, el título que nos ocupa hoy es Slumber Party Massacre. Una combinación perfecta que incluye todos y cada uno de los ingredientes que hemos nombrado antes. Chicas, chicos, algo de despelote, sangre, algo de suspense y crímenes violentos. La directora Amy Jones, debutó con esta cinta justo al principio de los años ochenta para luego volcarse en una carrera más enfocada a la escritura de guiones adaptados y cosas similares, olvidándose así de la dirección y el horror en general aunque hiciera alguna incursión en ello, más adelante y en el campo anteriormente citado. Y es una lástima porque esta ópera prima estuvo realmente bien. Mientras la estás viendo, te salpican recuerdos de Halloween y se nota que algo de inspiración tomó Amy para dirigir este proyecto. Tan solo hay que ver algunos planos, las perfectas localizaciones de barrio residencial (cuyas escenas incluyen también chicas volviendo del colegio) y algún que otro eco del filme de Carpenter hay también a nivel de guión, dirección o escenas de muerte.

Otro aspecto interesante y que llama bastante la atención, son los personajes. La verdad es que se acaba sintiendo empatía por cada una de los roles de chicas y chicos que viven y mueren durante la producción. Por norma general y en este tipo de tramas, la mayoría te acaban importando un pimiento a excepción de la denominada chica final pero aquí eso no sucede. No hay nadie que sobresalga demasiado y no se abusa del humor o del erotismo, cosa que es de agradecer. Tal vez la única pega del todo el conjunto es el asesino (cuyo rostro podemos ver prácticamente desde el principio) al que le falta algo de carisma, presencia y fuerza en pantalla. No todo podía ser perfecto. Atención a la escena de la nevera (ejecutada con maestría) y a algunos momentos impagables como el taladro del asesino girando enfrente de una de las chicas a modo de amenaza fálica. Un título totalmente a reivindicar que gustará a los fanáticos del cine de terror de los ochenta, a los devoradores de rarezas de serie b y por supuesto, a los admiradores del subgénero de marras.