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Director: Ryan Glover – Género/Subgénero: Terror para colgar de una cuerda al espectador – Reparto: Teagan Johnston, Jenna Schaefer y April Aliermo entre otros

Argumento: Catherine viaja a una casa aislada para componer sus nuevos temas musicales y crecer como artista. También quiere desprenderse de todo aquello del pasado que la mantiene atada. Una vez en su nueva morada, comienza a detectar algo siniestro y misterioso que pretende asustarla.

The Strings es sin duda, una de las peores películas de género de horror del año. Una tomadura de pelo al espectador en toda regla, disfrazada de cine independiente que hará que el espectador se retuerza en su butaca con su espantosa trama. Entendemos que el director quería contarnos una historia sobre la soledad de una mujer y de las cuerdas que la atan a su pasado que se convertirían metafóricamente en un terror real en su vida actual. El problema es que la narrativa no funciona, el director es un desastre incapaz de infundir ansiedad o suspense a la trama y la protagonista físicamente abundante es una pésima actriz y como cantante, es una pesadilla escuchar sus descomposiciones musicales durante el metraje. Sus berridos son de auténtico terror. Para que se hagan una idea es como una Björk pero sin talento, ni carisma. La cosa parece querer redimirse al final pero ni con esas. Aparte que se trata al espectador como a un retrasado mental porque durante los créditos finales, la espantosa protagonista se dedica a rebuznar lo que ha ocurrido en los minutos finales en forma de canción, cerrando así el círculo de estupideces que deambulan por la cinta de marras. Y por si alguien no se ha enterado de lo que va este engendro. Alejarse de ella en la medida de lo posible. Si se aventuran a verla, preparen el rollo de papel de higiénico porque sin duda, se van a cagar por la pata abajo. Pero de lo malo que es este rollo macabeo. Insufrible.