Por Trece Razones es una serie original de Netflix que se respalda en el espantoso tema del bullying y las movidas de instituto más diversas. La trama narra la historia de Hannah Baker que se suicida dejando a su alrededor una estela misteriosa en forma de cintas analógicas. Clay Jensen, un chico con el que aparentemente no tenía mucho contacto, encuentra una caja de cintas en las que Hannah desvela en cada capítulo, los motivos que la llevaron a estar muerta, así como los personajes culpables que pudieron dañarla de alguna manera.

Si bien las críticas hacia la serie han sido bastante positivas (no se le puede negar una buena factura y montaje) el desarrollo de las historias así como los distintos personajes que van apareciendo, no son ni por asomo tan interesantes y hasta llegados al episodio siete, no empieza a petar la cosa para hacerla lo suficientemente atractiva para todos los públicos. Y con todos los públicos, nos referimos a espectadores diversos. Una serie aunque tenga una trama juvenil, puede ( y en algunos casos debe) abarcar a todo tipo de personas.

Si bien la serie promueve el misterio y las consecuencias de lo que puede llevar a una adolescente al suicidio por un tema tan serio como el bullying, también debería promover aspectos como el amor propio y el plantar cara. Y en ese aspecto, podemos encontrar al personaje de Clay en cierta manera aunque a la serie le falta algo. Hay capítulos que dejan la sensación de globo desinflado y mira que la cosa tiene potencial para estar hinchada por todos lados. Pero hay algo que no acaba de funcionar.

En primer lugar, las trece razones en algunos puntos pecan de ambiguas. Si bien es cierto que todos enfrentamos rn algún momento de nuestras vidas, temas como la envidia, los acosos (que pueden ser sexuales, laborales, racistas, estudiantiles, etc) lo que va relatando la serie (al menos en un principio y hasta llegar al capítulo mencionado) es algo pobre y la verdad, es que los acosadores (o llámalos X) de Hannah son una pandilla de gilipollas a cada cual mayor. Por lo que volvemos al tema de que aparte de dramatizar estas cosas, no estaría de más educar mejor en este sentido.

En temas de calidad, el serial como ya hemos comentado está bastante bien. La banda sonora así como la elección de temas musicales retro es excelente. Temas técnicos están bastante decentes e incluso alguno más que impecable. Las actuaciones no están mal aunque les falta algo de caña al plantel. La cara más reconocible es la de Dylan Minnette (Clay Jensen) visto recientemente en títulos como la adaptación para cines de Pesadillas de R. L. Styne junto a Jack Black o el thriller No Respires. Si bien este actor lleva el peso casi total de la serie, tanto él como la actriz que interpreta a Hannah no son lo suficientemente empáticos para un espectador medio. Les falta fuerza.

Otro motivo que echa un poco para atrás, es la manía de meter elementos vintage a la serie como el tema de las cintas. Un adolescente medio, no sabe ni que es una cinta. Que si, que queda todo muy cool, muy hipster y muy moderno, pero tal vez sería más creíble a estas alturas que Hannah enviara archivos de audio o en su defecto, algún CD. Parece que la gente cuando visiona algo con elementos ochenteros, ya tiende a hacer la ola sin más. Y eso tampoco es así. No olvidemos que hemos defendido la selección de temas musicales retro de la BSO y se agradece. Pero vamos, que a todo esto le pega más un iPod con Lady GaGa por decir algo.

En fin, nuestra opinión desde aquí es que Por Trece Razones es una buena serie en algunos aspectos pero que queda muy poco pulida en otros. De igual forma, parece que trece razones no han sido suficientes y tras el éxito, tendremos segunda temporada. Veremos que nos trae.
¿Y a ti? ¿Te ha encantado, decepcionado o te quedaste a medias? ¿Qué opinas de ella?