Director: Jason Lei Howden – Género/Subgénero: Terror y metal
Intérpretes: Milo Cawthorne, Kimberley Crossman y James Blake entre otros
Nivel de Caspa: Aparición de escamas
Argumento: Un joven adicto a la música metalera, se enamora de la chica más buenorra y pija del colegio. Una serie de acontecimientos inesperados hace que se conozcan. Sin embargo, no todo lo que sucede en el pueblo es bueno ya que una extraña fuerza surgida del corazón más negro de la música, está a punto de tomar el control y posesión de la gente de esa pequeña localidad.
“Deathgasm” es una de esas películas megafestivaleras que funcionan muy bien en ese ámbito, siempre y cuando el público asistente, pueda implicarse de un modo u otro con ella. Para ser sinceros, este título ha cosechado unas críticas bastante positivas por su humor y escenas gore. Pero si nos ponemos serios, hay que ver lo que realmente tenemos entre manos. Un guión simplón, unos personajes demasiado pueriles hasta para lo que de ellos se pretende en la historia y una dirección bastante anodina, que se limita a tomar referencias de otros títulos incorporando detalles varios de cosas que ya hemos visto cincuenta veces.
Algunos tramos de “Deathgasm” se asemejan a los primeros trabajos de Olaf Ittenbach en lo que a escenas sangrientas se refiere (que aquí tampoco son para tanto) mezclados con la inocencia nostálgica que emanan producciones ochenteras como “Trick or Treat” (1986) por poner un par de ejemplos. Así que se podría decir que tenemos un producto malo pero que funciona a ciertos niveles y que va encarado a un público bastante específico. Si se busca una gamberrada de las buenas, aquí falta mala baba (¿muerte y luchas con vibradores? ¿en serio?) o si por el contrario, alguien quiere algo con cierta sustancia o mínima estructura, el espectador no muy habituado a estas cosas, si puede tener un orgasmo mortal con esto. El resto, puede entretenerse sin más.