Director: P.J. Pesce – Género/Subgénero: Secuela de baratillo – Reparto: Tad Hilgenbrinck, Angus Sutherland, Autumn Reeser, Gabrielle Rose, Shaun Sipos y Corey Feldman entre otros
Argumento: Chris y Nicole se van a vivir con su tía con la intención de iniciar una nueva vida. Pronto harán nuevas y poco recomendables amistades. Se trata de una pandilla de surfistas con los colmillos muy afilados. Por suerte, un cazavampiros experto en la zona vigila a estos individuos.
El director de Abierto hasta el Amanecer: Parte 3 se metió en camisa de once varas cuando aceptó (con evidente desgana) dirigir la segunda parte de un hito de los ochenta como fue Jóvenes Ocultos o The Lost Boys. El resultado fue un lanzamiento directo a vídeo doméstico que pasó sin pena, ni gloria por los estantes de los videoclubs de turno. Como un título de vampiros de Serie B de mercadillo pues habría pasado seguramente por los ojos de los espectadores dejando otras sensaciones pero no puedes jugar con la nostalgia de la gente y hacer una de chupasangres como te sale del potorro. Tenemos nuevamente la canción de Cry Little Sister de fondo en un momento crucial de la producción donde se copia sin éxito a la primera parte. En esta ocasión, la seducción de marras es a una chica y aunque aparece el personaje de Edward Frog interpretado por el mismísimo Corey Feldman pues nos quedamos un poco igual. Efectos especiales tirando a cutres, una dirección plana sin gracia alguna y unos intérpretes que no están mal pero que ni de broma llegan a la altura de los de la producción original. Como dato, sale el hermanastro de Kiefer Sutherland en plan guaperas pero no consigue lograr un personaje malvado como el que si hizo este en su momento. En resumen, una continuación de consumo rápido a la que se le tuvo que echar más ganas para no hacer el ridículo de forma espantosa. Olvidada y seguramente borrada de la memoria por muchos fans del subgénero.